Matrimonio de abuelitos en tiempos de pandemia

María Linares Laulate, de 75 años de edad y Julio Salas Pezo de 78, en horas de la tarde del martes 23 de marzo, juraron amor eterno a través de matrimonio civil, ceremonia que se realizó en su propio domicilio, ubicado en el asentamiento humano 16 de Diciembre.

Para oficiar la ceremonia, el personal de la subgerencia de registro civil de la municipalidad de Yarinacocha, se trasladaron a la vivienda de los contrayentes, porque lamentablemente la novia María, hace poco se sometió a una intervención quirúrgica, donde le amputaron uno de sus dedos del pie derecho, debido a la diabetes que padece desde muchos años.

La mencionada subgerencia, bajo la responsabilidad del abogado Fran Checalle, en esta oportunidad, en un espacio de acción humanitaria, hizo realidad el sueño del juramento eterno de amor, de la pareja que está unida por más de 50 años. Los más felices se mostraron los 7 hijos y nietos, cuyos abuelos no se acuerdan o no saben exactamente cuántos son.

Sobre la salud de la mamá novia, Jenny Salas Linares, una de las hijas, dijo que la amputación le causa mucho dolor y la situación que atraviesa la madre, le obliga a permanecer en cuidados especiales, debido a la diabetes y presión alta que la agobia.

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