Ensayo de una biomembrana para tratar a recién operados de cáncer

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Aunque la Covid-19 lo ha ralentizado, se ha conocido lo que puede ser un avance contra el cáncer: el ensayo de una biomembrana, que se implanta en el punto donde se ha extirpado el tumor, y que libera fármaco para eliminar las células cancerígenas que puedan quedar. Este parche se colocó por primera vez a un paciente en agosto en Barcelona y se considera que el ensayo ha ido bien.

Esta iniciativa de bioingeniería arrancó hace casi 11 años, a partir de una idea que el ingeniero textil Joan Bertran tuvo tras la larga enfermedad y las diversas operaciones a una niña de 6 años, hija de un amigo. En las intervenciones oncológicas quedan muchas veces restos de células tumorales, que pueden facilitar que el tumor se reproduzca o que migren a otro punto del cuerpo. Por eso, después de la operación se hacen quimioterapia y radioterapia. Bertran pensó que quizás un parche impregnado de medicamento que matara esas células podría reducir los tratamientos, sobre todo la radioterapia en niños con cáncer.

El parche, probado en Sant Pau, libera fármaco para erradicar células que quedan tras extirpar el tumor

Por ello, planteó la idea al hospital infantil Sant Joan de Déu. Luego se sumó el Instituto de Investigación Textil y Cooperación Industrial de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), para crear la membrana. Para desarrollar el proyecto, ambas instituciones impulsaron en 2012 la spin-off Cebiotex.

Bertran, cofundador y director ejecutivo de esta empresa, es investigador industrial de nuevos tejidos para aeronáutica o automoción, pero la membrana es de nanofibras de un polímero (PLGA), del que se hacen hilos de sutura quirúrgica bioabsorbibles por el cuerpo. Así, se coloca sobre la herida interna, donde se ha quitado el tumor. Va impregnada de un fármaco antitumoral (que ya se usa en quimioterapia), que se va liberando a altas dosis durante unas semanas y después esa fina capa (parecida a un papel de fumar) desaparece sola.

La biomembrana CEB01 se ha probado en el que sería el primer ensayo mundial de este tipo de tratamiento, según Bertran, con un paciente de unos 60 años, operado hace hoy tres meses en el hospital de Sant Pau. Aún se deberá ensayar en una veintena más de pacientes adultos antes de poder pasar a enfermos pediátricos. En esta primera fase, más lenta por la presión de la Covid-19 en los hospitales, se ensaya la seguridad de la biomembrana, que no sea tóxica ni cause complicaciones. Parece que no las ha habido. Después se deberá demostrar su efecto sobre las células cancerígenas. En ensayos con animales se reveló eficaz, asegura el director de Cebiotex.

Precisa que la membrana no pretende cambiar los tratamientos contra el cáncer, pero sí ser un complemento. Se trataría de aprovechar esta opción terapéutica para tratar el cáncer en las semanas siguientes a la cirugía, intentar mejorar su pronóstico y evitar en lo posible otros tratamientos posteriores, como la radioterapia en el cáncer infantil.

Por ahora, el ensayo es en sarcoma de tejidos blandos, un cáncer poco frecuente, aunque se espera que en el futuro se pueda extenderse a otros tipos de tumor. Pero se tardarán años.

Cebiotex inicia ahora una ronda de inversión para buscar 1,6 millones de euros que permitan continuar con el proyecto.

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