Por qué vivimos más que un ratón y menos que una tortuga:

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¿Qué determina la longevidad de cada especie? Un equipo de investigadores españoles ha constatado que hay una relación muy clara entre lo que vive cada una y la velocidad a la que se acortan sustelómeros, las estructuras que protegen los genes en los cromosomas.

Esta es la principal conclusión de un estudio que publica la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), en el que los investigadores demuestran, además, que esta relación se puede expresar con una ecuación matemática, una fórmula capaz de predecir con exactitud la longevidad de la especie. Más de Tecnología y Ciencias Y es que, un flamenco vive 40 años, un ratón dos años, un elefante 60 y una persona más de 80.

El porqué es lo que han tratado de contestar científicos del español Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) tras analizar nueve especies de mamíferos y aves. Así, se han comparado los telómeros de ratones, cabras, delfines, gaviotas, renos, buitres, flamencos, elefantes y humanos, y el estudio revela que las especies cuyos telómeros se acortan más rápido viven menos. María Blasco, jefa del Grupo de Telómeros y Telomerasa del CNIO y directora del trabajo, señaló que el que exista una relación tan clara entre velocidad de acortamiento de los telómeros y longevidad apunta a que han hallado «un patrón universal, un fenómeno de la biología que explica la duración de la vida de las especies, y que merece más investigación», según un comunicado del CNIO. Hace tiempo que se sabe, gracias en gran parte al trabajo del grupo de Blasco, que los telómeros están en el origen del envejecimiento del organismo.

Estos integran los extremos de los cromosomas, dentro del núcleo de la célula, y su función es proteger los genes. Sin embargo, cada vez que las células se multiplican para reparar daños, sus telómeros se hacen un poco más cortos; a lo largo de la vida puede ocurrir que los telómeros se acorten demasiado y no se puedan regenerar más. Cuando eso sucede la célula deja de funcionar normalmente. Hasta ahora, no obstante, no se había encontrado relación entre los telómeros de cada especie y su longevidad; hay especies con telómeros muy largos que viven poco, y viceversa. Los investigadores decidieron comparar no su longitud absoluta sino la velocidad de acortamiento: los telómeros humanos pierden de media unos 70 pares de bases -los ladrillos del material genético- al año, mientras que los de los ratones, unos 7.000 pares de bases, detalla la nota

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