211 taricayas que nacieron en cautiverio fueron liberadas

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40 estudiantes de Innova Schools en Pucallpa compartieron un momento muy especial hace unos días, cuando después de un gran trabajo de cuidado y conservación de huevos de taricaya, pudieron liberar 211 tortugas de esta especie en su hábitat natural.
Esta iniciativa, que contó con el apoyo de Sernanp, la Autoridad Regional Ambiental (ARA), el gobierno regional de Ucayali, el INRENA y la organización Esperanza Verde, se comenzó a trabajar en el mes de julio pasado, fecha en la que se recibieron los huevos de taricayas y se fabricaron nidos seguros donde pudieran completar su proceso de desarrollo y eclosionar.
Completado el proceso de maduración que puede tomar entre 60 y 90 días, los estudiantes acompañados de un equipo de docentes y con el apoyo de los especialistas viajaron hasta el caserío de Bello Horizonte en el distrito de Curimaná, a aproximadamente 120 kilómetros de Pucallpa, para participar de este gran acontecimiento.
“Esta actividad ha permitido trabajar en conjunto a toda la comunidad educativa, alumnos, maestros y padres de familia de la mano de importantes instituciones y esto ha generado un mayor impacto y concienciación sobre el cuidado del medio ambiente y como todos podemos colaborar con él”, expresó Lord Salazar, director del colegio.
En una primera etapa los estudiantes tuvieron que recolectar “arena lavada”, la arena ideal para la incubación y anido de los huevos de taricaya, de una zona del río Ucayali a la que viajaron en bote a motor por aproximadamente 20 kilómetros.
“La idea era que los nidos tuvieran las mismas características que en las zonas de “colocación de huevos” nos explica Nataly Concha, bióloga y docente de Innova Schools. “Estas implicó mantener una temperatura de 30 a 35 grados, controlar que la humedad fuera superior al 80% y mantener la zona libre de depredadores y plagas naturales”.
El proyecto consiguió que el 89% de los huevos completaran su proceso de maduración, superando el promedio de este tipo de iniciativas.
“En lo personal ha sido una experiencia gratificante debido a que marcó un antes y un después en mi perspectiva frente a la naturaleza; tan compleja y frágil a la vez , concientizándome y inspirándome a seguir formando parte de proyectos de conservación”; declaró Dennis Matías Ortíz Nuñez, alumno de la institución.
A través de este tipo de proyectos de educación vivencial la comunidad educativa fortalece su aprecio por la flora y fauna que los rodea y recuera la importancia del cuidado y conservación del medio ambiente.

 

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