Irán ejecuta a Zeinab Sekaanvand, la mujer que mató a su marido abusador:
Londres. La joven kurda iraní Zeinab Sekaanvand, de 24 años, fue ejecutada hoy por las autoridades de su país como culpable del asesinato de su esposo en el 2012, cuando tenía 17 años y tras meses de malos tratos, informó hoy Amnistía Internacional (AI).
Sekaanvand fue ejecutada esta mañana en la prisión central de Urmía, provincia de Azerbaiyán occidental, después de «confesar» en febrero del 2012 haber apuñalado a su marido, Hosein Sarmadi, para defenderse de sus continuos «abusos físicos y verbales».
La joven fue condenada a muerte dos años después, pese a no tener abogado hasta el inicio del juicio y las diversas dudas sobre su «confesión».
Amnistía Internacional califica la muerte de Sekaanvand como una noticia «horrible» y asegura que ésta fue víctima de un «juicio injusto».
En un comunicado, el director de Investigación y Trabajo de Incidencia de Amnistía Internacional para Medio Oriente y el Norte de África, Philip Luther, sostiene que lo sucedido es una «demostración repugnante del desprecio de las autoridades iraníes por los principios de la justicia juvenil y de los derechos humanos».
«El hecho de que su sentencia de muerte siguiera a un juicio groseramente injusto hace que su ejecución sea aún más escandalosa», lamentó hoy Luther. El director recordó que Sekaanvand manifestó en vida que «poco después de casarse a los 15 años, solicitó muchas veces la ayuda de las autoridades porque su marido era violento».
Además, la joven aseguró, tal y como reiteró el portavoz, que «su cuñado la había violado repetidamente» y, sin embargo, «las autoridades sistemáticamente la ignoraron y no le brindaron ningún apoyo como víctima de violencia doméstica y sexual».
«Después del asesinato de su esposo Zeinab Sekaanvand, dijo que fue interrogada bajo tortura por policías varones sin un abogado presente», agregó Luther. Durante el juicio, donde se le permitió por primera vez contar con un abogado, la acusada se retracto de su anterior «confesión» de haber asesinado a su marido y alegó que había sido «forzada a confesarlo», explicó la ONG.