Padrastro aceptó que quitó vida de hijastra
Un desalmado padrastro acaba de confesar a las autoridades, que agredió salvajemente a una niña de sólo dos años y con condición especial, porque no dejaba de llorar. Y lo peor, la madre de la criatura, en un primer momento habría pretendido minimizar el hecho de sangre que desencadeno un feminicidio.
Se trata de Etxon Roberto Panduro De Souza, de 22 años de edad, quien está detenido en la Divincri. El desgarrador hecho, se suscitó en el asentamiento humano Máximo Castro, ubicado al interior del km 7 de la CFB. La niña de iniciales AKGG, de 2 años, llegó con vida al nosocomio, dónde luego falleció.
VIOLENCIA FÍSICA
Los restos de la niña de dos años han sido trasladados a la morgue de donde le retiraron en la tarde y ya le están velando. Los médicos informaron que su deceso fue por tec moderado, contusiones internas y lesiones en su abdomen, tras sufrir violencia física.Desde entonces la policía logró detener al padrastro, el mismo que terminó confesando la brutal agresión.
Panduro De Souza, llegó cabizbajo, pero no parecía estar arrepentido. miraba fijamente a los efectivos policiales de Yarinacocha, que le trasladaron hasta la Divincri. “Se sintió acorralado, así que terminó confesando que le golpeó en el abdomen, luego en otras partes de su cuerpo y finalmente la arrojó su cuerpecito a una cama”, declaró el comisario del distrito Francisco Díaz Taco.
También señaló el comisario que inicialmente ellos abrieron investigación por violencia familiar, obviando un caso extremo. Pero transcurrido las horas y tras la versión de los médicos que atendieron a la pequeña, el caso dio un tremendo giro, pues tuvieron que solicitar orden de detención del padrastro de la criatura.
JUSTICIA
Janela Guardia Jesús, de 21 años, madre de la niña, estuvo en el mortuorio del hospital, donde fue abordada por el fiscal de turno y la policía, ya que según versión de las enfermeras, ésta habría tratado de minimizar el hecho. Sin embargo, las primeras investigaciones han determinado que el padrastro aceptó su crimen y hoy tendrá que responder a la justicia.
Mientras transcurría el hecho, y luego de saberse que el sujeto golpeó en el abdomen y la lanzó a la cama a la niña. Una versión que llegó, desató un nuevo cuestionamiento, la víctima era una niña especial y por su condición habría estado llorando y por eso le habría enfadado a su asesino. Rápidamente, la población y su familia salieron a pedir justicia por su muerte. (Miller Murrieta)