COCEPU es modelo de éxito empresarial

Nilo Demetrio Maguiña Vásquez, gerente general de Olamsa, junto al presidente del directorio de Oleaginosas Amazónicas S.A, Eliseo Inga Ramos y demás miembros, realizaron la presentación del libro “Historia de un exitoso modelo empresarial asociativo en la industria de palma aceitera”, a 30 años de creación del Comité Central de Palmicultores de Ucayali (COCEPU).

Una historia contada por sus propios protagonistas y que hoy le han plasmado en un libro que fue recreada por el periodista y abogado Walter Pérez Meza, la misma que relata los 30 años de experiencia, dificultades por el narcotráfico y la coca, logros y aprendizajes que han vivido los palmicultores cuando vieron que la alternativa a la coca ilegal era la palma.

Esto, con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida apostando por el cultivo de la palma aceitera en gran escala, alejándose del circuito infernal de los sembríos ilegales y que a la fecha han logrado levantar una agroindustria que brinda puestos de trabajo directos e indirectos a los ucayalinos.

PRESENTACIÓN

A 30 años, el Comité Central de Palmicultores de Ucayali (Cocepu – Ucayali), además de realizar el lanzamiento de su libro de su historia de éxito en la región en un evento en la planta del km 58 de la CFB, miembros del directorio, realizaron la entrega de reconocimientos (diplomas) a los representantes de los comités que alimentan con la palma, cuyos campesinos hoy viven de esta planta de manera correcta y tranquila.

A treinta años de intenso trabajo (a veces muy difícil) un grupo de 270 pequeños agricultores han dado vida a uno de los modelos empresariales asociativos más exitosos de la amazonia peruana. Desde que en 1992 se organizaron como el Comité Central de Palmicultores de Ucayali Cocepu, con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida apostando por el cultivo de la hoja de coca y el narcotráfico.

En el camino, los socios de Cocepu crearon, en primer lugar, la empresa Olamsa, que estableció en Neshuya su primera planta industrial de transformación de los racimos de fruto fresco en aceite crudo de palma y otros derivados, luego establecería una segunda planta en Campo Verde, pero siguió el crecimiento y, entonces, formaron Agroindustrias Oleaginosas del Perú AOPSA, para operar una planta industrial de alta tecnología que se encarga de fraccionar y refinar el aceite crudo de palma transformándolos en aceites y mantecas de consumo humano.

Pero es tan intenso el movimiento comercial que también crearon Olaopsa Trading SAC, empresa encargada de comercializar la producción de sus plantas industriales, tanto para el consumo interno como para la exportación. Los palmicultores pueden decir, con legítimo orgullo, que su trabajo esforzado y sostenido de treinta años, contribuye al crecimiento y desarrollo de la región, convirtiéndole en un departamento agroindustrial y exportador.

SUCESIÓN

Pero nada de lo que se han conseguido ha sido fácil, contó Eliseo Inga, ero para entender la historia, pues la cuentan en un libro que hoy está siendo distribuido en las universidades de la región y algunos centros comerciales. Sólo pueden conseguirlo con el nombre “Historia de un exitoso modelo empresarial asociativo en la industria de palma aceitera”, en la que los mismos protagonistas relataron los inicios, las dificultades, penurias y, sobre todo, el coraje que tuvieron para crear Cocepu, cuyos palmicultores hoy en día brindan empleo a mano ucayalina, algunos de ellos, antes trabajaban la hoja de coca y eran parte del narcotráfico.

En este libro también adelantan los retos que les espera y la esperanza de mantenerse unidos para que los sueños que tienen se cumplan y así sigan alimentando nuevos sueños en las nuevas generaciones. Nada es imposible cuando hay una voluntad y una unidad férrea, la misma que formaron y mantuvieron los forjadores del modelo asociativo dando vida a una economía circular, amigable con el medio ambiente, respeto a los derechos de los asociados y trabajadores, elaboración de productos de calidad, que son los principios distintivos de Cocepu, añadió. (Miller Murrieta)

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