Pareja de ancianos víctimas de asalto duermen encima de cartón soportando frío

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Encima de un cartón y plástico, soportando el frio del piso de la tierra, están soportando sus días en Pucallpa, está pareja de ancianos que por si fuera poco, fueron víctimas de la delincuencia, cuando un joven les robo el dinero de la venta de sus aguajes y aguajinas en frente del colegio El Tambo.

El drama que han vivido Antonia Vela Pereira, de 76 años y su pareja Segundo Figueroa Sánchez de 67, ha despertado una vez más, la crisis que vive Pucallpa, sobre la inseguridad ciudadana en la que todos estamos expuestos al peligro y en donde parece como un milagro, resistir un día y una noche más en la ciudad.

Drama: tras conocer lo vivido por esta pareja, el diario Ahora, por la noche, visitó a esta humilde pareja, pues viven en el jirón Señor de los Milagros cruce con Oleoducto en el asentamiento humano Micaela Bastidas, muy cerca del colegio Agropecuario en la jurisdicción de Callería. 913392245, es el número de celular de Antonia, necesitan una cama, colchón, ropas y víveres para salir adelante.

Antonia natural de Loreto y Segundo de Cajamarca, cargan sobre ellos, una triste historia, quedaron huérfanos de padres a temprana edad, desde entonces tuvieron que aprender a sobrevivir con sus nuevas familias, pero la vida y el destino se encargó en unirlos, ambos tienen similar vivencia.

Hace nueve años se conocieron e iniciaron una vida juntos en Carabaillo en Lima, desde donde vinieron a Pucallpa hace unas semanas a trabajar vendiendo aguaje y aguajina en el jirón Los Frutales cruce con Centenario, al frente del Tambo, donde sus sueños de salir adelante estuvieron a punto de arruinarse por la inseguridad.

En nuestra visita en la vivienda de una amiga que les cedió techo y alimentos, estos adultos mayores duermen encima de un cartón, plástico y sabanas en avanzado deterioro, lo que refleja sus extrema pobreza, pues requieren que personas de buen corazón les ayuden con alimentos , colchón y ropas, pues tampoco cuentan con una cama para descansar tranquilos.

Antonio cubierta en lágrimas, que por cierto, esperamos se convierta en alegrías, pide a las personas de buen corazón que les ayuden con lo necesario para que puedan sobrevivir hasta que se repongan. Ayer estuvieron muy contentos, tras la nota periodística del diario, ellos vendieron toda su aguajina muy temprano, pues la población les está apoyando.

913392245, es el número de celular de Antonia, quien hasta cuando nos brindaba entrevista, lloraba y se mostraba muy nerviosa, nos confesó que hasta ahora no se recupera de lo que vivieron. Pero como sus corazón es como de niños, ambos perdonan al joven malhechor y esperan que Dios se encargue de su mal accionar con los adultos mayores. (Miller Murrieta)

 

 

 

 

 

 

 

 

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