Joven piurano construyó molino de viento para dar luz a caserío

El joven talento piurano Walmer Herrera Naira (22) se inspiró en la película «El niño que domó el viento». Con piezas de motor de sierra malogradas y viendo videos tutoriales construyó un molino de viento para generar energía y llevar, por primera vez, se hizo la luz en el caserío de Comenderos Alto, en la provincia de Huancabamba, donde vive su abuela, que temía a la oscuridad de la noche.

María Ramos Guevara, la abuela de Walmer, vive sola, cultivando el campo y pastando sus ovejas; nunca ha tenido energía. En las noches, solo se iluminaba con lámparas de combustible, hasta que el joven talento domó al viento y trajo la luz por primera vez.

¡Este logro sí fue una fiesta! “Ella estaba muy contenta; muy orgullosa de mí y de mi hermano mayor que me ayudó a construir el molino de viento en el techo de calaminas de la casa de mi abuelita”, cuenta Walmer, quien es estudiante del sexto ciclo de la carrera de Ingeniería Informática en la Universidad Nacional de Piura (UNP).
Construir un molino de viento fue para él la prueba de que estudiando se puede vencer las dificultades. Cuando concluyó la secundaria se fue a Chiclayo (Lambayeque) a trabajar durante un año para reunir el dinero suficiente que le permita prepararse, postular e ingresar a la universidad.
Tras algunos intentos finalmente lo logró y por su buen rendimiento académico es ganador de la Beca Permanencia del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec), del Ministerio de Educación; por lo que ya no tiene que preocuparse por el dinero para estudiar.
Sin miedo“Construí el molino de viento con piezas de motor de sierra malogradas; lo hice viendo videos tutoriales. A mi abuelita le daba miedo la noche. Cuando inició la pandemia fui a su casa y me propuse darle luz. Ahora puede prender algunos focos y hasta escuchar una radio que ella tiene”, explica Walmer.
De lo contenta que estaba su abuelita preparó esa noche un estofado de gallina. En familia, e iluminados por la energía que produce el molino, ya no hubo miedo. En su lugar, el ambiente se llenó de mucha esperanza y risas al ver todo iluminado de forma nunca antes vista.
“Nos demoró dos meses construirlo, en abril del 2020 concluimos. Ahora ya necesita mantenimiento, porque aquí en Huancabamba los vientos son muy fuertes. Voy a mejorar el diseño”, aseguró Walmer. En sus manos y los artefactos que construye se nota cada vez más los nuevos conocimientos de ingeniería e innovación y que pronto pondrá en práctica.
“Fue la necesidad también la que me llevó a hacer el cargador de celulares. Los constantes apagones en mi casa nos dejan sin luz un día entero o dos. No podía quedarme sin hacer mis clases”, explicó el joven piurano, quien ocupa los primeros puestos en su promoción de la Escuela Profesional de Ingeniería Informática de la UNP.
Cada vez que iniciaba sus clases virtuales de la universidad, los ventarrones y las fuertes lluvias ocasionaban constantes apagones en la casa de Walmer, ubicada en Huancabamba, en la sierra de Piura. Ante ello, construyó su propio cargador de celulares con dos pequeños motores de siete y doce voltios y un imán en medio, que le ha permitido seguir con éxito sus estudios.
Inspiración
¿Cómo surgió la idea del molino de viento? “Fue por una película: ‘El niño que domó el viento’. Cuando la vi me quedé impactado con esa idea de poder conseguir energía del viento. Me quedé pensando en eso hasta que quise hacerlo realidad para que mi abuelita ya no tuviera miedo en las noches”, respondió Walmer.
Al igual que esa historia —basada en hechos reales— en la que un niño construye un molino de viento para enfrentar el hambre, Walmer pudo también domar a los ventarrones de Huancabamba y obtener de ellos energía para darle tranquilidad a su familia.  (FIN) NDP/JOT

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