10 claves para llevar un estilo de vida saludable durante los estudios superiores
Durante la etapa de la educación superior, los estudiantes necesitan mantener una buena concentración y la energía suficiente para prestar atención a sus clases y realizar todas sus actividades. Por eso, es clave promover un estilo de vida saludable, entendido como un estado de equilibrio entre la salud física, mental y social.
Carola Cerrón Castro, psicóloga de la Oficina de Bienestar del Beneficiario del Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, nos indica cómo los estudiantes pueden llevar una adecuada salud mental. Por otro lado, la nutricionista Pamela Juarez Montalban, talento Beca 18, quien culminó su carrera en la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH), nos ofrece también consejos para que los jóvenes tengan un buen estado de salud y rendimiento físico.
Planifica tu día. Dedica un tiempo para organizar tu día y aprovecharlo sin sentirte presionado con las tareas académicas. Recuerda ser realista a la hora de programar actividades. Por ejemplo, ordenar el ropero de tu habitación es más asequible a realizar que ordenar todos los roperos de tu hogar. Lo importante es que equilibres tus actividades académicas, personales-familiares y sociales, y priorices lo más urgente e importante.
Duerme entre 7 y 8 horas al día. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que un adulto debe dormir entre siete y ocho horas al día para mantener un óptimo estado físico, emocional y mental. Al hacerlo, reduce el riesgo de padecer enfermedades del corazón, disminuye el estrés, mejora el estado de ánimo y ayuda a que la memoria funcione mejor, aspectos que te ayudan a llevar tu etapa académica de la mejor manera.
Cada que puedas, haz una pausa. Las pausas activas o descansos son espacios breves que te permitirán recuperar energías para luego continuar con tus actividades. Ayudan a reducir la fatiga, estimular la creatividad, restaurar la atención, ser más productivos y prevenir el estrés. Por eso, planificar pequeñas pausas, al menos, cada dos horas tendrá un impacto positivo en tu bienestar durante tu etapa de estudios universitarios o técnicos.
Participa en actividades extracurriculares. Son una buena oportunidad para aprovechar nuestro tiempo libre, aprender, y, sobre todo, relajarnos. Por ejemplo, cursos o talleres artísticos (danza, música, teatro) o actividades deportivas (fútbol, vóley, artes marciales), tareas de voluntariado, mentoría o responsabilidad social o grupos de lectura. Elige actividades que sean de tu interés y esto te ayudará a conformar redes de soporte y distracción.
Acude a un profesional si lo necesitas. Es necesario que te conviertas en un agente activo en tu proceso de recuperación. Por eso, primero debes comprender y aceptar las emociones que estás experimentando. Luego, recuerda que existen tratamientos y técnicas efectivas para atender los problemas de salud mental. Puedes buscar apoyo en los servicios de psicología o bienestar de tu institución de educación superior, acudir a los centros de salud mental comunitaria del Ministerio de Salud o a centros especializados de tu comunidad.
Recuerda que no estás solo. Fomentar relaciones sociales positivas con tus compañeros será de gran ayuda para la adaptación a los estudios superiores. Esto puede ayudarte a tener conversaciones productivas, disfrutar de las relaciones sociales, mejorar tu estado de ánimo y fortalecer tu autoestima. Es importante tener una red de soporte en la que puedes confiar, pero si alguna vez sientes que eres diferente, no te preocupes por cambiar o parecerte a los otros. Siéntete orgulloso de quién eres y enséñales a que te conozcan y te valoren.
Come cinco veces al día. Se recomienda que los adultos consuman cinco comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, media tarde y cena. Tu alimentación debe ser variada y nutritiva, por eso incluye en tu dieta tres frutas y dos porciones de verduras al día. Evita el consumo de azúcares, carnes rojas, golosinas o comida rápida, ya que estos pueden generar enfermedades, como la diabetes, la obesidad o el sobrepeso. También recuerda que el ayuno prolongado puede generarte deficiencias nutricionales, cansancio o gastritis.
Bebe mucha agua. Mantenerte hidratado es importante para que tu cuerpo realice sus funciones esenciales, y tengas una buena oxigenación y un buen rendimiento físico. Por eso, se recomienda tomar entre 2 a 2.5 litros de agua al día, es decir, ocho vasos. No esperes a tener la sensación de sed, sino que debes tomarlo cada que puedas, y, sobre todo, luego de consumir tus alimentos.
Haz algún tipo de ejercicio. La relajación es vital para los jóvenes estudiantes. Y una de las maneras de realizarla es a través del ejercicio. Invierte de 15 a 20 minutos para realizar actividades que te resulten agradables y practícalas. Por ejemplo, jugar un deporte, bailar, hacer yoga, correr u otros.
Evita los energizantes: Es muy común que los estudiantes tomen bebidas energizantes o café para mantenerse activos o despiertos; sin embargo, no es recomendable que lo consuman. Una buena alimentación, dormir bien y un adecuado equilibrio mental, emocional y físico son suficientes para mantenerte activo y con un buen estado de salud. Es recomendable que acudas a un especialista en nutrición si consideras que necesitas recibir recomendaciones nutricionales específicas.